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  La partitura humana en la sinfonía cósmica
 
La partitura humana en la sinfonía cósmica

El Cosmos es una conciencia viva que late en cada ciclo de la naturaleza mientras se contempla a sí misma. El hombre es un ser integrado en esta conciencia cósmica, que se contempla a sí mismo desde una perspectiva única e irrepetible. Cada chakra dota al hombre de un ángulo diferente de captación de su existencia.

Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China, el ser humano es aquél que une lo celeste con lo terrestre. Es decir, la conciencia del hombre unifica al ser material con el ser espiritual a través de energías-conciencia que evolucionan a partir de los siete chakras principales. Cada vivencia humana es percibida en siete niveles, uno por cada chakra principal, cada uno de ellos destilará un producto vivencial correspondiente a ese nivel de consciencia, y todos formaran la consciencia hombre.

De los siete, el primero o base y el ultimo o corona son únicos y se encuentran en el eje central que corresponde más o menos con la columna vertebral. Los otros cinco son dobles, con una porción anterior relacionada con la mente consciente y otra posterior relacionada con la inconsciente.

El chakra base o primero, relacionado con la energía vital y el instinto de supervivencia individual, recibe la energía integrada desde nuestra "toma de tierra" planetaria.

Esta energía es dicotomizada en el segundo chakra, donde se establece el principio bipolar, que reunificado produce la vida. Luego el segundo chakra está relacionado con la procreación.

La fuerza dual asciende y se organiza en el ego o principio mental que identifica a cada hombre. El tercer chakra pues, materializa el ego humano, coordinando energéticamente los procesos de nutrición y asimilación de los alimentos físicos, que determinarán la forma física individual paralelamente a la organización de las energías psíquicas, que constituirán la mente individual o ego y que albergarán en dicho cuerpo físico. El alimento que transporta la energía del Sol pasa a formar parte de nuestra unidad existencial o ego que, distribuido por el torrente sanguíneo, otorga entidad psíquica unitaria a toda la conciencia colectiva celular de dicho cuerpo físico. Al tercer chakra se le llama también solar.

Los tres chakras que siguen son chakras superiores.

El centro de conciencia corazón o cuarto chakra, alberga el principio espiritual de cada hombre limitado en la caja del tiempo de nuestro cuerpo físico, donde el latido del corazón y el ritmo respiratorio reflejan la estancia limitada en tiempo y espacio de cada existencia. La conciencia del ego se expande y unifica con el principio vibracional espiritual de este chakra.

Es en el quinto chakra donde se comienzan a unificar los ciclos de la bipolaridad, manifestándose esto en la síntesis de la conciencia dual de este chakra: El pensamiento se concretiza en la palabra, el verbo que unifica y precede a la acción del hombre. Es el chakra materializador del pensamiento y de los sueños del hombre. Cuando el hombre adquiere el nivel de conciencia integrador del mental superior tiene la capacidad de contemplar el Universo como un lugar exuberante donde todo es posible y reina la abundancia. También se le llama centro de la cornucopia o cuerno de la abundancia, y es un camino en el despertar místico del hombre.

El sexto chakra organiza la conciencia mental, aquella que es testigo y comprende la paradoja vivencial, integrándola. Es la conciencia que percibe sin identificarse con facción alguna. Cuando el hombre focaliza su conciencia en el principio vibracional de este chakra desarrolla la conciencia espiritual, que percibe el Cosmos y la realidad tal cual es, y se reconoce en él. Es aquí cuando adquiere la capacidad de reconocerse en su reflejo o autoconciencia, unificando su ser espiritual a su ser mental a partir de la apertura del séptimo chakra o corona, que es la puerta dimensional que nos une a nuestro ser en la perfección, lo infinito y lo eterno.

Cada chakra, desarrollado, destila un principio vibracional propio, una nota. Cada chakra es una flor en el árbol de la vida del hombre, por el que proyecta su irrepetible aroma al jardín del Cosmos.


 
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